Si no estás en alguna red social eres un tarado y vas a perder el
trabajo (si es que tienes uno que perder).
Para algunos psicólogos, si eres adulto, joven, y no estás en Facebook
o Twitter eres un psicópata, un asocial peligroso. Los responsables de recursos
humanos también recelan. Si no estás en alguna red es que debes tener algo que
esconder. En conclusión, puedes ser un cabrón con pintas, pero nadie lo
sospechará si tienes un perfil en una red social que te dé apariencia de ‘normalidad’.
Como de costumbre, lo que seas capaz de aparentar te abrirá más puertas que
aquello que en realidad seas.